¡No queremos a los prejuicios! 👎
¿Qué pasa cuando escuchamos una noticia desagradable que involucra a nuestro gentilicio?
No existe una respuesta única.
Quizás tratas de volverte invisible para que el problema no te toque. De repente ni te enteras porque no consumes noticias. O vives en una burbuja protectora donde tratas que ningún tipo de mal te afecte.
O tal vez, sólo tal vez, reaccionas desde las agallas, desde la boca del estomago, y atacas a tu gentilicio.
Sí, lo atacas.
Y ese ataque se transforma en una generalización terrible sobre la MIGRACIÓN.
Se vuelve una avalancha que destruye cualquier hecho verificado, contexto y contraste que lucha contra el linchamiento en medios de comunicación y redes sociales sobre toda una población migrante.
Cuando este ataque parte desde los migrantes hacia otros migrantes se llama ENDOFOBIA.
¿Qué es la endofobia?
Es la discriminación entre los naturales o nativos de un país o nación. Es el opuesto a la xenofobia.
Así, cuando un migrante venezolano, viviendo en Chile, por ejemplo, se monta en la ola de la discriminación por nacionalidad, se convierte en un endófobo.
Cuando por redes sociales generaliza sobre los que comparten su gentilicio catalogándolos de «marginales», «delincuentes», «invasores» o «indeseables», está dando rienda suelta a sus prejuicios.
Y es que creer que los migrantes se «salvarán» de la xenofobia al ponerse del lado de los xenófobos es una incongruencia del tamaño de la LUNA.
La xenofobia es un tipo de discriminación tan estructurada, tan indolente, tan miserable, que ponerte de su lado, al ser migrante, no significa que no la padecerás.
¿Qué nos dicen los datos?
Estos últimos días vimos por medios de comunicación y redes sociales que la xenofobia agarró fuerzas [una vez más] en Chile.
El asesinato de una carabinero [policía] en manos, supuestamente, de un migrante venezolano, avivó las narrativas de odio y discriminación de aquellos a los que les encantan las dicotomías.
De aquellos a los que les encantan los escenarios del «ellos versus nosotros».
Y no me malinterpreten, esto no se trata de defender a delincuentes. Lo que queremos es que se tome con responsabilidad el reporte de un crimen, sin generalizar o discriminar a mansalva a determinada población migrante o se criminalice a la MIGRACIÓN.
Hay una gran diferencia entre exigir justicia y cercenar nuestra humanidad.
Cuando dejamos que el odio nuble nuestro raciocinio, pasamos por alto el hecho de que hasta diciembre de 2021, según datos del Instituto Nacional de Estadística (INE) de Chile, sólo el 0.24 % de los venezolanos residentes en ese país estaban detenidos por cometer algún delito.
Para diciembre de 2021, según la plataforma R4V, al menos 444 mil venezolanos vivían en Chile.
¿Cómo ese 0.24 % justifica la narrativa de que «la migración venezolana» aumentó la inseguridad en Chile?
¿Dónde entran los datos comprobados y verificados en la narrativa endófoba de promover dicotomías, entre migrantes venezolanos, para «salvarnos» de la xenofobia?
Más datos
Para junio de 2022, según el Instituto Nacional de Estadística e Informática de Perú (Inei), sólo el 0.11 % de los venezolanos viviendo en ese país estaban detenidos por cometer algún delito.
Para diciembre de 2022, según la plataforma R4V, habían 1.5 millones de venezolanos residenciados en Perú.
Para marzo de 2022, según el Instituto Nacional Penitenciario y Carcelario (Inpec) de Colombia, sólo el 0.09 % de los venezolanos viviendo en ese país estaban detenidos por cometer algún delito.
Para febrero de 2022, según la plataforma R4V, habían 2.5 millones de venezolanos residenciados en Colombia.
Para abril de 2022, según el Servicio Nacional de Atención Integral a Personas Adultas Privadas de la Libertad y a Adolescentes Infractores (Snai) de Ecuador, sólo el 0.25 % de los venezolanos viviendo en ese país estaban detenidos por cometer algún delito.
Para mayo de 2022, según la plataforma R4V, habían 502.200 venezolanos residenciados en Ecuador.
[Lo sé, usé mucho la palabra «para», pero espero que el mensaje les haya llegado]
¿Cómo desmontamos los prejuicios?
Los datos [comprobados] no mienten.
El contexto y el contraste sobre la información nos darán las herramientas necesarias para combatir las narrativas de discriminación.
Pensar, analizar, leer, buscar información verificada y respirar nos permitirán defendernos y evitar las dicotomías sin la necesidad de volvernos verdugos.
No tenemos que convertirnos en xenófobos/endófobos para demostrar nuestro valor.
Recomendaciones:
*Quedan poquitos días para el VI Congreso de Mérida. Único congreso sobre periodismo y migración. Así que corre a inscribirte.
*Vean la serie Transatlantic en Netflix. No se arrepentirán.